Barrio Ramón Carrillo

SIN PAN PERO CON CIRCO Cuando la cuarentena en el Barrio Ramón Carrillo es imposible.

Carta de una ciudadana que vive en el Barrio Ramón Carrillo y sus reflexiones en tiempos de aislamiento social obligatorio por el Coronavirus Covid-19.

Planeamiento urbano y espacio público Economía de la ciudad

Lunes 30 de marzo de 2020
 
Por Carolina Giménez (Barrio Ramón Carrillo. Villa Soldati)
 
 
Como vecina puedo afirmar que me cuesta bastante hacer el aislamiento preventivo y obligatorio que nos pide el presidente. ¿Por qué?, la respuesta es compleja. ¿Por qué? Porque nuestra realidad cotidiana nos impide aislarnos del mundo exterior y recluirnos a un mundo interno hogareño donde tenemos todo lo que necesitamos y solo debemos “soportarnos” en el mejor sentido de la palabra. Los niños adentro pese a estar en ambientes reducidos y sin señal de Internet para hacer la tarea. Nuestras casas “planificadas” por el gobierno están pegadas unas con otras, los ambientes no llegan a ser de 3 x 3 m y ahí debemos resolver nuestra vida cotidiana. Muchos alquilamos. ¿Habrá un Estado presente también para los que alquilamos de manera informal?  Pese al panorama que se nos viene hacemos el esfuerzo por quedarnos adentro, aun así estamos complicados para cumplir cuarentena.  No es que no queramos, quisiéramos hacerlo, eso sí. Y nos tildan de egoístas, de inconscientes, de irresponsables, nada más alejado de eso. 
 
Soldati tiene problemas más cercanos, cotidianos y preocupantes, la planta recicladora de basura a cielo abierto funciona normalmente pese a que afecta al ambiente y la zona de Chilavert y Varela donde hay 4 escuelas. Están las aguas estancadas en todas las calles, desbordes cloacales, obras de infraestructura paradas, cortes permanentes de luz y agua, el lago Soldati, los piletones que están llenos de agua…. Y el dengue. Varios vecinos/as y docentes con esta enfermedad en estos días agradecen la cuarentena obligatoria. Este mal sí que te tira en la cama, y el contagio fue en el barrio, esto sí que es una pandemia de la zona de villa Soldati de la que, si bien ya la conocemos desde hace varios años, no sabemos cómo hacerle frente más que descacharrando porque no tenemos más herramientas. Ni DNU, ni la prensa, ni medidas preventivas, ni folleto siquiera, nada.
 
El coronavirus en nuestro barrio Ramón Carrillo es una palabra extraña, más bien reciente. Conocemos la enfermedad por lo que nos dicen en la tele y en el celular, pero en nuestra cotidianeidad sólo nos genera preocupación por lo que vendrá, por la continuidad de esta situación tan inédita. 
 
Como miembro de un espacio comunitario de Carrillo puedo afirmar que acá también estamos en la primera línea de batalla contra la indiferencia, la hipocresía y la ignorancia de pensar que quedándote en casa ayudas al otro. Las cocineras siguen cocinando, y son personas de carne y hueso, son mis heroínas anónimas en estos días. Acá los espacios comunitarios se redujeron a continuar el servicio alimentario, solo eso, suspendimos todas las demás actividades, pero no desaparecimos, seguimos en la trinchera. Las familias deben seguir alimentándose, adultos/as no pueden salir a laburar porque #yomequedoencasa, así que hay que dar respuesta al hambre. 
 
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En estos días los comedores seguimos cocinando para nuestros beneficiarios. Extremamos las medidas preventivas, las que ya conocemos todos. Lo que nos preocupa es la extensión de la cuarentena 15 días más, ¿Qué va a pasar con las familias trabajadoras cuando se les acabe la “reserva” de mercadería y de sueldo para hacer frente a esta situación?, no lo sabemos. Una maestra del barrio me cuenta que ahora las familias deberán retirar un bolsón de alimento por niño en la puerta de cada escuela, desde el 1 de abril con el DNI de su hijo/a. La vianda dejó de existir “preventivamente”, ¿Cómo hacemos para llegar a las escuelas de nuestros niñxs?, tengamos presente que si un niño debe tomar el micro escolar es porque no hay vacante en las escuelas del distrito 19 y debieron migrar a escuelas de otros barrios alejados. ¿Cómo llegar si no tenés el permiso correspondiente y las fuerzas de seguridad están a la “caza” de quienes no se quedan en casa? No nos dejan subir al premetro (único medio de transporte público que nos conecta con el centro de la Ciudad), y ya no intentamos subir porque no tenemos el permiso correspondiente, éste va y viene vacío como nunca, con dos, si dos policías de la ciudad en cada unidad. Nunca antes hubo dos policías por premetro, es más solían suspender la línea P por falta de presencia de “personal policial”. ¡Qué paradoja en estos tiempos, en nuestros barrios “inseguros”, el premetro va vacío, pero bien custodiado! Bien. Nosotros caminamos, caminamos para todos lados, porque hay que salir, hay que llegar a la farmacia, por ejemplo, y las más cercanas en Av. Cruz o directamente en Pompeya, ni hablar de los supermercados de proximidad, no tenemos ni uno. Ojalá esta pandemia logre visibilizar estas falencias que son históricas en nuestros barrios, y finalmente se tomen decisiones que verdaderamente mejoren la calidad de nuestras vidas, y que tengamos más acceso a la Ciudad, que nuestros barrios populares sean algún día parte de la misma. 
 
Me enteré que si llegás del exterior haces la cuarentena en hoteles distinguidos de la Ciudad, si estas en situación crítica habitacional te alojan en un parador donde las camas no cumplen las medidas de distancias recomendadas por la OMS, no sé, para pensar.
 
Tengo más preguntas que certezas en estos días, con un gobierno de la Ciudad que promete y promete mientras “contiene la presión social” del barrio sin dar respuesta en la emergencia. ¿Cómo sostendremos a nuestrxs vecinxs estos próximos 15 días de cuarentena?, ¿seremos capaces de ser solidarios con el prójimo, con el que está al lado sin quedar como un/a maldito/a irresponsable por salir del domicilio para tenderle una mano, o alcanzarle algo para comer?
Éste es el panorama que estamos visualizando, el que se nos viene. Ojalá seamos miles los que estemos a la altura de las circunstancias. 
 
Yo me quedo en casa sí, pero no soy indiferente a la necesidad de mis vecinxs, así que pensemos y seamos creativxs en la forma de abordar este nuevo escenario que se nos presenta. Tendamos redes reales. Mientras no inventemos la teletransportación vamos a tener que estar donde tengamos que estar.
 

#Deestasalimosjuntos, #nadiesesalvasólo. El único héroe es el héroe colectivo, claro que sí. Claro.